La crisis del Covid y su impacto en el calentamiento global

Por Juan Ignacio Ríos Escobar

13/05/2021

“What has so often excited wonder, the great rapidity with which countries recover from a state of devastation; the disappearance in a short time, of all traces of the mischiefs done by earthquakes, floods, hurricanes, and the ravages of war. An enemy lays waste a country by fire and sword, and destroys or carries away nearly all the moveable wealth existing in it: all the inhabitants are ruined, and yet in a few years after, everything is much as it was before.”

John Stuart Mill, Principles of Political Economy (1848).

Las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) han incrementado sin cesar durante el siglo pasado y las primeras dos décadas del siglo XXI. Entre las principales fuentes de emisión, encontramos el uso de combustibles fósiles, la producción industrial y la deforestación. De esta forma, una mayor cantidad de emisiones se suma a la ya emitida naturalmente, acrecentando el efecto invernadero y produciendo un aumento en la temperatura terrestre.

Muchos fueron los intentos internacionales para poder frenar este gradual pero incesante proceso de calentamiento global en las últimas décadas. Entre los más célebres, podemos mencionar al Protocolo de Kyoto del año 1997 y el Acuerdo de París de 2015. Este último, en su Artículo 2, buscaba, para limitar el calentamiento global,  “mantener el aumento de la temperatura media mundial muy por debajo de 2°C con respecto a los niveles preindustriales, y proseguir los esfuerzos para limitar ese aumento de la temperatura a 1,5°C, reconociendo que ello reduciría considerablemente los riesgos y los efectos del cambio climático” (Organización de las Naciones Unidas, 2015). Sin embargo, durante los años que siguieron a la entrada en vigor del Acuerdo, no se consiguió disminuir la emisión de GEI y, consecuentemente, cumplir con el ambicioso objetivo del tratado. 

  1. El coronavirus y su impacto en las emisiones de gases de efecto invernadero.

Con el acaecimiento del brote de coronavirus, durante el año 2020 la gran mayoría de la humanidad vivió limitada por estrictas medidas de distanciamiento social y confinamiento tendientes a morigerar los efectos de la pandemia. Casi sin excepción, todos los Estados tomaron medidas para prevenir un mayor desastre sanitario y económico. Sus primeros efectos fueron visualmente sorprendentes: monumentos históricos con miles de visitantes diarios se vaciaron, enormes estadios permanecieron sin espectadores durante meses, entre otras impactantes postales que nos brindó el 2020.

Estos fenómenos fueron acompañados, entre otros, por un sorprendente descenso en la emisión de gases de efecto invernadero, lo que permitió que muchas personas fueran optimistas en términos de disminuir las emisiones atmosféricas.

Para poder medir con precisión el real impacto de las cuarentenas y la interrupción de gran parte de la actividad económica mundial, el Carbon Monitor (una iniciativa científica liderada por la Universidad Tsinghua y La Universidad de California) monitoreó a diario las emisiones globales de GEI, permitiendo obtener datos sobre las emisiones de gases a la atmósfera.

 

El 15 de enero de 2021 fueron publicados en la revista Nature los datos semanales recopilados por el Carbon Monitor durante todo el año 2020. Los resultados fueron los siguientes:

Emissions bounce back: Line graph showing global weekly CO2 emissions for 2019 and 2020.

Hitos:

1: declaración de cuarentena en China.

2:  declaración de cuarentena en Italia.

3: dec. de cuarentena en California.

4: dec. de cuarentena en India.

5: Europa supera los 100,000 infectados diarios.

6: California impone 3 semanas de cuarentena tras llegar al récord de infectados.

 

(Gráfico: Nature).

Como puede observarse, el lapso en el que pudo registrarse el mayor descenso de emisiones de GEI fue entre la semana 1 y la semana 25. Es decir, tras la sanción de las primeras medidas de distanciamiento social en China, Europa y Norteamérica. Luego, la diferencia entre las emisiones del 2020, respecto de las del año anterior, fue significativamente menor llegando a fin de año con, prácticamente, idénticas emisiones.

En total, las emisiones de GEI del año 2020 descendieron un 6,4%, respecto de las del año anterior. Zhu Liu, investigadora de la Universidad Tsinghua, declaró: “el descenso en las emisiones resultó menor de lo que esperábamos”.

  1. Estado actual del problema.

Como puede apreciarse, pese al descenso drástico de las primeras semanas (a costa de una profunda depresión económica), la tendencia bajista no pudo sostenerse. Estas conclusiones son incluso más alarmantes cuando tomamos en cuenta que, según estimaciones de la ONU, el descenso anual de emisiones de GEI debería ser de un 7,6% durante los próximos 10 años para alcanzar los niveles preindustriales propuestos en el Acuerdo de París (Organización de las Naciones Unidas, 2019).

Frente a la gradual superación de la crisis del coronavirus, la discusión respecto al ambiente y al calentamiento global cobrará mayor relevancia. Y entre los sucesos que mayor atención se llevarán este año en el escenario global, se encuentra la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de 2021 organizada en Glasgow, Escocia.

Al día de hoy, sin un compromiso serio de los Estados, no existen muchas razones para ser optimista respecto a la generación de herramientas duraderas para contrarrestar los efectos del cambio climático. Quizás una de las principales enseñanzas que nos brindó esta pandemia, es que la solución debe surgir de la voluntad del hombre, y no de una crisis global que haga el trabajo por nosotros.

Referencias

Organización de las Naciones Unidas (2015). Acuerdo de París.

Organización de las Naciones Unidas (2019). https://news.un.org/es/story/2019/11/1465861